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Lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer para recaudar fondos por Internet

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1. Si alguien de otro país, un hombre al que nunca has visto antes, llamara a tu puerta y sin ninguna explicación te pidiera dinero, y probablemente bastante, ¿qué le dirías? Que sí. Así que la regla número uno es saber a quién se escribe, saludar cortésmente y presentarse adecuadamente. A continuación, pida permiso para hacer una solicitud y, si la respuesta es afirmativa, pregunte qué información le gustaría saber.

2. Si pides limosna no te sorprendas si la gente pasa de ti. Lucas 16.22 dice que llegó el momento en que el mendigo murió, algo que tiene que volver a ocurrir en las tiendas de Internet de todo el mundo. No pidas limosna porque el mes que viene volverás a ser igual de pobre y seguirás mendigando. Piensa en solicitar una ayuda o un step-up, es decir, encontrar capital para ganar dinero a largo plazo mediante el trabajo. Esto te sacará de la pobreza y te llevará a la prosperidad, es decir, a tener lo suficiente para ti y mucho para dar a los demás.

3. Encuentra formas y palabras para demostrar tu honradez, integridad y competencia. Puede que su corazón tenga razón, pero ¿saben sus manos qué hacer?  ¿Ha conseguido que profesionales respetados hablen en su nombre y le recomienden? Es muy fácil y relativamente indoloro perder el dinero de otra persona, y las personas a las que se dirige lo saben. Así que sea diferente y demuestre que ha calculado los costes antes de empezar, que se ha asesorado y que está preparado para trabajar en equipo, donde las habilidades de los demás compensan lo que usted no puede hacer.

4. Ofrezca una asociación válida en la que usted y el donante tomen juntos las decisiones importantes, no se limite a pedir regalos o subvenciones. Puede que el donante no quiera compartir la responsabilidad, pero la oferta mostrará tu apertura y acogida. La sabiduría de Salomón decía que dos cabezas piensan siempre mejor que una, y un cordón triple con Dios entrelazado en medio no puede romperse, como de hecho la Trinidad es siempre un buen modelo a seguir.

5. Demuestre siempre que ha considerado y resuelto la importantísima cuestión de la sostenibilidad a largo plazo para superar la dependencia de la financiación exterior o externa. Nadie quiere financiar un edificio vacío ni ver cómo se abandona su proyecto a los pocos meses por falta de ingresos para sufragar los gastos de funcionamiento corrientes.

6. Prepárate para dar las gracias aunque mostrar gratitud no sea habitual en tu cultura. Evite el síndrome de los diez leprosos, en el que sólo uno de los diez hombres que fueron curados por Cristo volvió para dar las gracias.  Declara que desde el principio serás responsable de proporcionar recibos, informes y fotos.

7. Prepara el terreno ante Dios con tu propia generosidad hacia los pobres, porque dar es siempre el detonante que libera la explosión de prosperidad de Dios. A nivel práctico, solicitar una inversión conjunta del 50%/50% en un proyecto siempre inspirará más confianza que pedir el 100% de los costes. Si el 50% es demasiado para ti, al menos prepárate a invertir un 10% o más para mostrar tu compromiso y tu implicación.

8. Por último, detecta el error deliberado y evita cometerlo a toda costa. El Salmo 121, 1-2 dice: «Alzo mis ojos a las colinas, ¿de dónde viene mi ayuda? Mi socorro viene de Occidente, dueño del cielo y de la tierra». ¿Has visto el error? Recuerda que por encima y por detrás de todo, la fuente de todo amor y entrega es la mano invisible de Dios mismo, y es sólo a Él a quien debes mirar primero, y luego, si Él te señala una dirección, puedes mirar allí. Nunca olvides que sólo hay un Dios y que la persona a la que te diriges no es Él, así que mantén tus ojos en Jesús.

Véase también El Foro DCI Money.

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