Coré se nombró a sí mismo y trajo desastre sobre sí mismo y sobre todos los que lo seguían. Saúl fue nombrado por hombres que querían tener un Rey como todas las otras naciones y eso causó otro desastre. Por otro lado Juan fue un hombre que fue enviado por Dios. En esta ocasión, en vez del desastre hubo gran bendición para muchos. ¿Cómo puedes evitar el fracaso con un encuentro en tu iglesia o en tu negocio?
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